El duelo entre los Golden State Warriors y los Minnesota Timberwolves (101-104) del NBA In-Season Tournament arrancó más caliente de lo que se esperaba. Un enganchón entre Klay Thompson y Jaden McDaniels a los dos minutos de partido terminó con una tangana entre ambos equipos en la que Draymond Green hizo a Rudy Gobert una llave propia de la UFC.
Avanzaba con el balón Chris Paul después de que la franquicia de San Francisco se quedase el rebote a un tiro de tres de Anthony Edwards que había golpeado en el aro, cuando se encontró a Thompson y McDaniels agarrándose de las camisetas y a empujones.
El pitido de lo árbitro parando el juego inundó el Chase Center justo antes de que jugadores de ambos equipos empezasen a llegar para separar a ambos jugadores, aunque terminó con una bronca monumental sobre la cancha porque Gobert, que había agarrado a McDaniels para sacarlo de allí, sufrió un 'mataleón' (una llave de cabeza) de Green.
El ala-pívot de los Warriors saltó de manera sorpresiva sobre el cuello del francés, se puso a su espalda y lo arrastró hacia atrás mientras jugadores, miembros de ambos banquillos y árbitros trataban de que soltara a su rival.
No habían pasado ni DOS MINUTOS del partido entre Golden State Warriors y Minnesota Timberwolves... y sucedió ESTO.
— Leandro Carranza (@leocarranza99) November 15, 2023
Draymond Green y Klay Thompson fueron expulsados, así como también Jaden McDanields.pic.twitter.com/BhDBXHSzaD
El incidente terminó con tres expulsiones, con el marcador aún con 0-0, las de Thompson, McDaniels y Green. Los dos primeros "estuvieron involucrados en un altercado que no se disolvió inmediatamente", explicaron los árbitros, mientras que el segundo "hizo agresivamente un 'headlock' [llave de cabeza] a Gobert y se negó a dejarle ir". Una "conducta innecesaria y excesiva", concluyeron.
Por su parte, Gobert pudo continuar con el partido, pues los colegiados interpretaron que el pívot de los Timberwolves había intentado "separar" a Thompson y McDaniels cuando se produjo el altercado con Green.
Las expulsiones afectaron especialmente a unos Warriors que esta noche no contaban con Stephen Curry —baja por lesión por sus molestias en la rodilla, aunque todavía sin diagnóstico definitivo— y que, de repente, vieron cómo también se caían del partido los otros dos vértices de su histórico trío.
Pese a todas esas bajas, Golden State llegó con opciones al desenlace del duelo, en el que finalmente cayó ante unos Wolves que han empezado la temporada a un gran nivel.
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